Amor Light: relaciones y miedo al compromiso

por | May 24, 2022 | Psicología

La imposibilidad de renuncia, la devaluación del esfuerzo, y la falta de compromiso, son la columna de las relaciones fugaces. ¿A qué se le tiene miedo? En un contexto en donde casi nadie quiere ser controlado o invadido en tiempo y espacio, ¿Se puede construir una relación cerca del amor?

¿Por qué hoy hay tanto miedo al compromiso?

 Antes que nada, debemos definir un concepto que hoy se escucha mucho y es el del “Amor Light” (Amor liviano). Porque si son fugaces, no son amores.  Entonces lo primero que debemos decir es que el amor por definición no es fugaz. El amor es una construcción y lleva tiempo. Lo fugaz son otros sentimientos que tienen que ver con lo amoroso, pero se dan en relaciones donde la gente se vincula desde afuera y sin intimidad emocional.

¿Qué sería vincularse sin intimidad emocional?

 Se trata de relaciones que se dan de manera casi formal. Ven qué pueden hacer juntos, salir, pasar un rato, pero no hay un compromiso. Y cuando decimos compromiso es que no comprometen su ser. No es el compromiso en términos de alianza y casamiento. Es que no comprometen lo que les pasa, no se muestran realmente, y no se preocupan por lo que le sucede al otro. Comprometerse, es desarrollar con el paso del tiempo, una profunda empatía y complicidad que permitan sentirse confiado y resguardado.

 ¿Y cómo son relaciones modernas en este sentido?

 Uno ve que en general, en la sociedad post-moderna, todo es por afuera. Todo es muy superficial. Y muchos vínculos que se establecen tienen que ver con compartir espacios o momentos, pero no compartir la vida emocional del otro. Es como que ahí es demasiado trabajo, y sólo se quiere estar juntos para pasar un buen rato y sin problemas. En este sentido digo que no hay compromiso.

¿Son relaciones donde no hay futuro, no hay proyectos?

 En realidad, son relaciones donde no sólo no se proyecta  para hacer pareja, casarse y tener hijos…sino que directamente no hay “mañana”. Hoy estamos juntos y mañana no sabemos. Y todo se termina muchas veces a través de un simple mensaje de texto y uno se queda pensando qué fue lo que pasó. No existe el compromiso de decirle a alguien que esto no funcionó y soportar la respuesta del otro, sus preguntas, sus estados de ánimo.

¿Aquí es donde se puede decir que el amor pareciera tener fecha de vencimiento?

 Sí, Porque que en realidad lo que tiene fecha de vencimiento es la pasión. Ese estado de enamoramiento inicial, ese estado narcisista, de excitación. Es el tiempo apasionado, maravilloso, el tiempo del que hablan las películas, las novelas, las canciones. Esa pasión que en algún momento se termina, y es allí donde se avanza hacia un vínculo más profundo. Al parecer en esta época se termina eso, y se cree que se terminó el amor (porque no siento “mariposas en la panza”) Casi como adolescentes, pero le pasa a gente de 40 años o más.

¿No se aguanta un estado de más compromiso?

 En realidad, no se aguanta el aburrimiento, la desilusión. Porque por ahí un día te aburres, o no es tan placentero…Y la sociedad post-moderna es una sociedad exitista, que quiere la gratificación todo el tiempo, y la quiere pasar bien siempre; es la sociedad de la juventud eterna. Y como es una sociedad que no cree en el futuro, tiene que comerse el presente, consumirlo ya. Y las relaciones se consumen vorazmente; y entonces hay mucho más recambio de pareja, ya que no hay voluntad de quedarse y trabajar juntos las cuestiones que vayan surgiendo.

¿De qué tipo de voluntad habla?

 Voluntad de esfuerzo, y de renuncia. Porque también es cierto que siempre va a haber gente atractiva, siempre va a haber novedades y oportunidades afuera. Y si las personas no son capaces de renunciar a ese placer de la novedad, tampoco van a poder formar una relación de pareja estable.

¿Pero esas personas quieren tener una relación estable?

 Dicen que quieren. Y yo creo que algunas quieren, pero no saben cómo. Y a veces el discurso es muy ambiguo. Y esto es como decir quiero tener un hijo, pero no tengo ganas de cuidarlo. Para tener un hijo hay que renunciar a algunas cosas; y para tener una pareja hay que renunciar también a la adrenalina de la pasión, a veces uno se va a aburrir y también a veces serán días hermosos.

Entonces, ¿Por qué cuesta comprometerse?

 Porque hoy, tanto a hombres como a mujeres, les cuesta mucho ceder sus espacios y territorio. Y también está esa cosa de siempre querer seguir probando a ver si “viene algo mejor”, u otra persona que traiga la frescura de lo nuevo. Y no hay que olvidarse que en algún momento hay que quedarse en algún lugar, y empezar a trabajar.

¿Cómo se plantea una relación sin compromiso?

 Se plantea como una relación donde no hay mañana, no hay un contrato de temporalidad. Hay incertidumbre, porque no se puede preveer nada con el otro (si va a llamar o no, si me va a buscar etcétera.) Y en general cuando alguno de los dos hace algún pequeño reclamo, el otro huye. Hay tolerancia cero al reclamo. Y muchas veces el reclamo que se ve como “demanda” del otro lado, no es más que un pedido de respeto. Lo que veo hoy es que en las relaciones el otro no se ensucia demasiado. Y bajo la excusa de “yo no quiero invadirte”, están diciendo que en realidad no quieren que “los invadan”. La relación da la sensación de que empieza y termina cada noche.

¿Cuál es el miedo?

 El miedo ya no es como antes, el miedo a casarse, el para toda la vida, a tener hijos, a la casa y la familia. El tema es “no quiero que te metas con mi espacio, mi dinero, mis amigas/gos, mis días organizados”. No quiero que me vengas a cuestionar “por qué hoy no salimos”. Sólo se quieren compartir  los espacios que quedan libres, pero no ceder en nada. Y así nunca se construye una pareja porque no hay voluntad de renuncia.

¿Cree que esto tiene que ver con el nuevo rol de la mujer en la sociedad?

 Yo creo que todo esto forma parte en principio de un concepto más global que es la sociedad post-moderna. Dicen los sociólogos que es la sociedad más hedonista (más volcada al placer) y más narcisista de los últimos tiempos. La más egoísta, la que más piensa en si misma. Hay miedo a ceder espacios, hay miedo a ceder terrenos ganados (casa, auto, amigas, viajes, profesión…)

¿Existe aquí algo de “querer vivir en la eterna juventud”? ¿Por qué se da?

 Por supuesto. Porque es una sociedad que valora la belleza y la juventud en todos los ámbitos. Y aparte porque la sensación que las personas tienen es que a medida que pasan los años, van quedando afuera del mercado.

¿Y entonces, cómo se puede construir una relación en este contexto?

 Hay que empezar a pensar en nuevos modelos de relación porque sino nos vamos a quedar todos solos. Tiene que haber una manera. Lo que sucede es que las personas y la sociedad cambiaron, pero sin embargo cuando van hacia la pareja lo hacen con el mismo criterio de hace 40 años. Entonces la mujer que vive feliz en su casa, va al spa, y desarrolla su profesión, cuando está en pareja siente que tiene que quedarse en la casa, cocinar, cuidar a los chicos y demás, y ahí es donde no funciona.

Lo que hay que ver es cómo hacemos para lograr una vida en pareja donde todo siga siendo agradable para los dos, y juntos sumemos. Hay que pensar en nuevas parejas y otros modelos: con la plata, los tiempos, los amigos.

¿Y en cuanto a la rutina? Porque muchas veces se dice que es la rutina la que mata las relaciones.

 Hay mucho miedo a la rutina, y muchas veces se la siente como una “mala palabra”. Es una sociedad que le huye al aburrimiento como si fuera la lepra, y le tiene pánico a la rutina. Y tanto el aburrimiento como la rutina son parte de la vida. No hay que estar todo el tiempo “up” en una relación. Y hay como una necesidad de divertirse siempre, y esto es algo que no se puede dar. También es maravilloso que haya rutina, porque hay como un placer en repetir un hábito y esto da tranquilidad. ¿Es poco placentero ver la cara de la persona que amas todas las mañana? Porque si rutina es eso, bienvenida la rutina. Ahora si rutina lo entendemos por no saludarnos, no hablarnos porque ya estamos acostumbrados, eso es maltrato.

Hay que ponerle el nombre verdadero a las cosas…

 Claro, porque si en una pareja que conviven hace mucho tiempo, no hablan, no se comunican, no se cuentan nada, hay otro problema. Aquí hay falta de interés por el otro. Eso no es rutina.

Muchas cosas cambiaron en lo que respecta a los modelos de pareja. ¿Hay algo que siga intacto?

 Tal vez la única cosa que no cambió es el tema de la fidelidad. La fidelidad sigue siendo un valor, y no es muy común ver que alguien acepte como modo de relacionarse con el otro que se tengan varias relaciones. Y la infidelidad creo que duele hoy como dolía antes. Eso no se negocia. Yo creo que la fidelidad, el proyecto, y el compromiso tienen que estar. Todo lo demás se puede remodelar, negociar. Modelos de espacios nuevos, pero siempre con contratos de fidelidad.

 ¿Cómo se viven estas relaciones sin compromiso?

 Se viven mal. Porque las personas “sobrevuelan” las relaciones pero siempre queda después el vacío. La pasan bien en el momento, pero después les hace ruido, porque saben que hay alguna otra manera de vivir, y que en algún momento van a querer tener un vínculo.

¿Y la gente que te dice que se siente bien así, y no quiere ceder nada?

 Y bueno, esa persona pareja no va a tener. Tendrá vínculos ocasionales, y hay mujeres y hombres que así lo quieren. Son para ellos nuevos modelos de relación que no se arman en base a un proyecto.

 ¿Y el “estar juntos para toda la vida”?

 En cuanto a esa frase lo que todos dicen es que hoy “la vida es muy larga”. Estar juntos tiene que ser a partir de ir construyendo una relación que sea vivible, que sea armónica y en bienestar de los dos, involucrándome con el otro.

 La falta de compromiso no sólo se da en relaciones que nunca arrancan, sino en relaciones ya constituidas. ¿Cómo sería esto?

 Claro. Esto también se da en relaciones que ya están constituidas como puede ser el matrimonio. Aquí lo que prevalece es la falta de interés por el mundo emocional del otro. Básicamente esto. Y compromiso es algo profundo: que me interesan tus temores, tus miedos, tu deseo, que me importa lo que te pasa, tu dolor. Aunque no sea todo siempre divertido.

Pareciera que siempre es a la mujer a la que le cuesta aceptar que el otro “no quiere nada serio con ella”. ¿Es así?

 Yo creo que para el grueso de las mujeres, hay algo que es siempre igual: si salieron con un hombre y tuvieron sexo, están esperando que las llame, que el otro se haya comprometido un poco. De lo contrario, la sensación es de mucha desilusión.

¿Y cómo se dan en todo este contexto las nuevas parejas y sexualidades?

 Creo que se confunde el sexo del inicio, ese sexo químico, con una buena sexualidad. Y a la sexualidad más tierna, se la piensa como si fuera menos potente o más aburrida. Y si las personas van a pretender tener siempre esa sexualidad y esa química del comienzo, las relaciones van a durar muy poco. Ahora, si las personas se animan a trabajar otro modelo de sexualidad donde el erotismo proceda de la ternura, del compañerismo, de que hay complicidad, puede ser un momento agradable del día.

¿Se puede lograr que la palabra compromiso se asocie a amor, y no a la idea de “querer salir huyendo”?

 Yo creo que esa sería nuestra tarea. Lo podríamos dejar como mensaje. Creo que esa es la tarea de la nueva generación. Deberíamos sacarle a compromiso la idea de “atadura”. Compromiso se asocia a cortar libertades, comer los ravioles del domingo en familia, y conocer a la suegra. Pero compromiso es que si me dijiste “te paso a buscar a las 19” y sabes que no puedes venir, me avises. En realidad se parece más a respeto.

Finalmente,  ¿Por qué hoy hay tanto miedo al compromiso?

 Yo creo que tiene que ver con lo que dijimos antes. Porque la palabra hoy remite a un significado viejo. Entonces habría que resignificar esa palabra. Porque todavía seguimos diciendo miedo al compromiso cuando en realidad el compromiso de hoy no representa lo que representaba 30 años atrás. Entonces se lo está asociando a una pérdida de libertad que no necesariamente tiene que ver con los nuevos modelos de pareja.

 ¿Cómo armar un nuevo modelo de pareja con amor? 

  • Consensuando los espacios para cada uno
  • Definiendo qué se hará con el dinero (Porque si la mujer es moderna, tampoco puede esperar que el hombre se haga cargo de todos los gastos)
  • Trabajando la sexualidad: Para que la sexualidad funcione no se trata sólo de comprar lencería erótica. Sino de prestarle atención al otro, escucharlo. ¿Qué hace un hombre para que su mujer se “encienda” a la noche? ¿La llamó durante el día? ¿Le ofreció cocinar él para que ella termine su trabajo? Todo esto excita, y finalmente a la noche en la cama, dan ganas. Porque dan ganas de abrazarlo, mimarlo.
  • Desarrollando una buena comunicación y solidaridad con la pareja.
  • Disfrutando del bien del otro.
  • Tendiendo sentido del humor y compartiendo con amigos.
  • Entendiendo que no hay competencia en la pareja sino que se trata de personas que son complementarias.
  • Fundamentalmente teniendo confianza en el otro. Sin confianza es muy difícil permitir que el otro tenga sus espacios individuales.
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