Por razones estacionales, hormonales y de estrés, el cabello se debilita y se vuelve opaco, quebradizo o aumenta la caída normal. Estas terapias contribuyen a mantenerlo sano y brillante.
Fitoterapia
Las propiedades de frutos, hierbas y vegetales aplicados en máscaras, shampoo y bálsamos, contribuyen a devolver la fuerza y belleza del cabello. Las combinaciones potencian sus beneficios.
Palta y leche de coco. Contribuyen a lubricar la fibra capilar ya que reponen lípidos, y funcionan bien juntas en una mascarilla. Se hace puré la palta y se la mezcla con la leche de coco, y se entibia la mascarilla que luego se esparce sobre el pelo. Después de 20 minutos se enjuaga.
Rosas y jojoba. Juntas son ideales para dar cuerpo al pelo fino. Se calienta a baño de María una taza de agua de rosas con una gota de aceite de jojova y una cucharadita de germen de trigo en polvo que contiene vitamina E. Se aplica la mezcla sobre el pelo y el cuero cabelludo, durante 10 minutos. Luego se enjuaga.
Miel y aceite de oliva. Su mezcla desenreda el cabello sin provocar su caída por quiebre ya que suaviza la fibra capilar. Se deja cinco minutos sobre el cabello y se lava como de costumbre.
Aloe Vera. Para revitalizar el pelo, mezclar una cucharadita de gel puro de aloe vera (comprado o extraído de la hoja), junto con pulpa de palta y un yogur natural. Se aplica por 20 minutos mientras se masajea bien.
Masajes capilares
Activan la circulación del torrente sanguíneo y relajan la musculatura de la cabeza. Para ejecutar estos masajes capilares se utilizan las yemas de los dedos, aunque en diversos movimientos también se pueden emplear las palmas y hasta los nudillos. Las yemas de los dedos serán la principal herramienta, que se colocan directamente sobre la piel del cuero cabelludo, haciendo una suave presión, moviéndolas en suaves formas circulares.
La dirección de los masajes capilares es a favor del crecimiento del cabello, es decir, comenzando por la nuca y avanzando hacia la frente. También es importante hacer los masajes «en limpio», sin aplicar productos de cosmética o higiene, pues la presión de los dedos podría irritar o provocar una absorción innecesaria de los principios activos.
Técnica del vaivén. Se colocan las yemas de los dedos, separadas entre sí, a ambos lados de la cabeza. Ejerciendo una presión, pero sin mover los dedos de su sitio, empujar el cuero cabelludo hacia ambos lados, como haciendo un movimiento de vaivén. Se van colocando los dedos en diferentes sitios y se repite el movimiento de vaivén, para comenzar a liberar el casco y la irrigación de todo el área.
Con las palmas. Colocar la palma de la mano sobre la parte superior de la cabeza, y sobre ella la otra mano. Haciendo presión hacia abajo, hacer una suerte de pellizcos con las palmas, como si se quisiera unir las puntas de los dedos con las muñecas. Cambiar de ubicación las manos y repetir sobre todo el cuero cabelludo.
Con los dedos. Finalmente, colocar las yemas de los dedos separadas sobre el cuero cabelludo de la nuca. Haciendo leve presión, realizar pequeños movimientos circulares sobre la piel, para activando la circulación y dar un suave masaje a la zona. Ir moviendo las yemas de ubicación hasta haber masajeado cada centímetro del casco, las sienes y la nuca, y también la frente si se lo prefiere.
La alimentación adecuada
Es importante incorporar suficientes vitaminas y minerales en la alimentación ya su deficiencia suele provocar caída y quiebre del pelo. Incorpore las vitaminas del grupo B, A y C. También hay que consumir zinc. Encontrará estos nutrientes en carnes rojas y blancas (incluyendo el hígado y los menudos de pollo), huevos, ostras, semillas, cereales integrales, frutos secos y frutas frescas.
Para tener un cabello brillante y sedoso es necesario consumir hierro, presente en carnes rojas, hígado, huevos y vegetales verdes, así como vitaminas del grupo E presentes en cereales integrales.
Si se quiere recuperar un cabello más elástico y manejable, es necesario incorporar a la dieta selenio, un antioxidante que combate el riesgo de quebraduras de cabellos. Se encuentra en ajos, mariscos, levadura y pescados.
Para ayudar a proteger el cabello contra los efectos nocivos del sol, así como evitar la caspa, hay que consumir ácido fólico que está presente en espárragos, brócolis y remolachas, entre otras fuentes. Alimentos recomendados:
1.- Cereales integrales, germen de trigo.
2.- Frutos secos, semillas (en especial de girasol).
3.- Legumbres.
4.- Levaduras.
5.- Lácteos y quesos, mantequilla, aceite vegetal.
6.- Carnes rojas y blancas, pescados y mariscos, menudos, hígado, riñones, patatas, morrones.
7.- Vegetales frescos: espárragos, brócolis, remolacha, repollo, lechuga, palta (aguacate).
8.- Frutas frescas, incluyendo cítricos, kiwis, melones y fresas (frutillas); grosellas.
Aromaterapia
Los aceites esenciales pueden ser aplicados en el cuero cabelludo sobre una base de aceites neutros de acuerdo a la necesidad, ya que la piel se convierte en un vehículo y a la vez un protector para introducir los compuestos y propiedades que las plantas poseen sin tener que correr riesgos de efectos secundarios nocivos.
Es importante señalar que la mayoría de los aceites esenciales no pueden aplicarse en su estado puro directamente sobre la piel del cuero cabelludo ya que son altamente concentrados.
Los masajes realizados con aceites esenciales en el cuero cabelludo, contribuyen a nutrir las raíces, lo cual se verá reflejado en el cabello, reforzando su salud y crecimiento.
Las mezclas de aceites esenciales suavizan la textura capilar y le dan un aroma gratificante.
ara el cabello seco: es conveniente masajearlo una vez a la semana con aceite de jojoba, dejándolo actuar durante un cuarto de hora. Para lograr resultados positivos se debe aplicar el tratamiento una vez por semana. Para melenas largas la cantidad recomendada es media taza de café. Acto seguido, se puede lavar el pelo con un champú no alcalino. El aceite de jojoba sirve además como acondicionador.
Para cabellos grasos: recomendamos utilizar un champú específico para este problema, añadiendo en el último enjuague una gota de esencia de limón.
Para combatir la caspa: aceites esenciales de pachuli o romero. Tras el lavado de cabello, se puede preparar un recipiente con un litro de agua caliente, un chorro de vinagre blanco y dos gotas de esencia de limón o romero.
Para los cabellos quebradizos: los aceites esenciales de lavanda, palisandro y sándalo revierten la alteración de la capa hidrolipídica del pelo que lo vuelve quebradizo. Se mezclan unas pocas gotas de estos tres aceites para masajear el cuero cabelludo. Luego se envuelve el cabello con una toalla y se deja actuar toda la noche.
Para estimular la circulación: mezclar 4 gotas de aceite esencial de pomelo, 3 de palo de Rosa, 5 de sándalo y 3 de Ylang Ylang, y diluirlas en un champú suave. Lavar como de costumbre una vez cada dos semanas.
Shampoo tónico para reforzar el crecimiento: diluir en un champú suave 10 gotas de aceite esencial de Limón, 3 de aceite esencial de Ciprés, 5 de aceite esencial de Romero.