El trato hacia nuestros fieles amigos animales ha cambiado radicalmente: vestiditos, zapatitos, carteritas, parecen indicar que el concepto de mascota ha sufrido un cambio, pero ¿es uno positivo?
Hay quienes afirman por ejemplo: «Mi perro habla», «duerme con nosotros en la cama» o «nuestro perro se sienta a la mesa a comer».
Sin duda, no todas las personas ven a sus mascotas como simples animales domésticos, sino que la relación que establecen con ellos va más allá. Tener un fuerte vínculo con nuestro perro o gato no es malo, sino que lo que “hace ruido” es adjudicarle al animal necesidades humanas. “Es innegable que lo que conocíamos como “mascota” ha cambiado y que hoy en día los animales tienen otro tipo de necesidades” “no es dañino ponerle de vez en cuando medias para que no rayen el piso o buzos en el invierno.”
Nuestros especialistas asienten y nos explican que lo que no es recomendable es ir más allá del “a veces” -hacer de esta práctica algo cotidiano-, no es bueno ni para el dueño, ni para la mascota. ¿Por qué? porque anula la parte animal de nuestro fiel amigo, pero también porque esta fuerte atención que se traduce en términos consumistas, puede estar ocultando algo, podemos estar proyectando en nuestra mascota algo interior nuestro, por ejemplo, un dolor que no ha sanado.
¿Demasiado cariño?
Si su mascota es su bebé, si le festeja su cumpleaños, o si usted es la “mamá” de su perro, es probable que esté sobrehumanizando a su mascota, creándole necesidades que no tiene, y respondiendo a sus demandas como lo haría con una persona. Es posible que esté proyectando en la relación con el gato o perro un dolor que no puede superar, el cual suele experimentarse como una sensación de vacío. Es este sentimiento el que lleva a consumir, a pensar la relación con la mascota en términos humanos, y muchas veces ideales. El dolor suele enmascararse tras lo que se cree que es “un cariño incomprensible para los demás” hacia el animal.
Cuidar y querer a una mascota es natural en las personas; hoy en día parte de ese querer se manifiesta mediante los “chiches” y accesorios que le brindamos a nuestro amigo animal. Esta relación se convierte en problemática cuando se excede en cuidados y en atención, y cuando la vestimenta o los accesorios del animal dejan de ser algo secundario y pasan a convertirse en un tema importante.
¿Cómo es una buena relación?
Si usted siente que está extremando los cuidados que le otorga a su animal le aconsejamos que lea en su interior si eso no está ocultando nada, y que a su vez hable con su familia, amigos y/o pareja, pues es muy probable que haya descuidado su relación. Para poder estar en una relación sana con su mascota es importante que comprenda que una mascota necesita cuidados diferentes de los que requiere un ser humano, y que eso no significa que usted lo quiera o respete menos.
Cuando consumo y sufrimiento se mezclan…
Una mascota se hace querer, elige a su dueño, y es difícil que no se disfrute de su compañía, y de sus demostraciones de afecto. De ahí a inventarle situaciones que la mascota no necesita en absoluto, hay un salto que dan algunas personas de la mano de la sociedad de consumo. Si esto se convierte en un exceso, puede suceder que la persona se lo cuestione, o se lo cuestionen quienes lo rodean. Como sucede con todos los excesos, sólo si el que lo está haciendo se lo cuestiona, si se pregunta qué lo lleva a tener esa conducta, si intenta evitarla y no puede y si sufre por eso, el camino es hacer una consulta psicológica.