El orden (o el desorden) ¿revelan cómo somos?

por | Jun 11, 2021 | Psicología

Descubra si su orden o caos esconde algo por detrás ¡y sepa cómo superarlo!

Es común pensar que la persona ordenada es alguien que lleva una vida organizada, sin muchos problemas, y al desordenado como exactamente lo contrario.

Ahora bien, profundizando un poco, vemos que el desorden muchas veces lo que simboliza no es simplemente un desorden interno, sino más bien un intento por crear desorden y ocultar cosas que pueden estar pasando al “desordenado” en cuestión. ¿Cómo sería esto?

Una reflexión sobre el desorden

  • Imaginemos la siguiente situación: si yo quisiera ocultar un objeto cualquiera en mi escritorio, lo más sencillo sería desordenar y dejar el escritorio todo revuelto lleno de papeles y objetos. Así quedaría totalmente disimulado y oculto. De lo contrario, si estuviera ordenado y organizado, seguramente sería muy simple identificar su ubicación.
  • Ahora, supongamos que ese objeto fuera en realidad un problema o un tema que me angustia y prefiero mantener apartado de mí: una “buena” opción sería distraerme con otras cosas, manteniendo el tema oculto. Entonces, partiendo de esta base, una forma de «deshacerme» de estos temas (o de al menos no tener noticias) es justamente generando confusión y desorganización en mi propia vida.
  • Así es como vemos personas «a las corridas», que llegan tarde a todos lados, que se olvidan de asuntos que tenían que atender, o que muchas veces pierden sus cosas producto de su desorganización. Lo cual, por supuesto que no representa una solución muy efectiva. Entonces acá vemos cómo el desorden vistoso y exagerado puede estar simbolizando un intento por “acallar” cuestiones de las que la persona no se quiere enterar.

 

Acerca del orden

Ahora, del otro lado, están los obsesivamente ordenados. Estas personas expresan  una fuerte necesidad por mantener un orden externo que les aporte equilibrio y una tranquilidad emocional interna. Ya que cualquier tipo de desorganización podría repercutirles en su estado interior de manera negativa. Claro está que el hecho de ser ordenados no representa en sí mismo una conducta negativa para nada. El problema está en lo que esta conducta puede llegar a estar representando, que, en muchos casos, es una fuerte dependencia por el orden, que en cierta forma impide decidir libremente su modo de actuar.

¿Cómo convivir?

Teniendo en cuenta los perfiles mencionados, la convivencia entre ambos puede llegar a resultar un problema. No solo por la obvia diferencia entre ambos, sino por el hecho de que para cada uno representará algo importante para hacer respetar su estilo. ¿Qué hacer?

  • Cuando en la convivencia las diferencias de orden de uno y otro comienzan a ser un problema es fundamental  explicitarlo y dejar en claro lo que para cada uno representa esto. Es decir, dejarlo en el lugar de los gustos personales y no de lo que «debería ser el orden”. Una buena forma de expresarlo sería: “A me gusta que las cosas sean así”.
  • En el caso de que tales conductas (excesivo orden o desorden) sean producto de una simple costumbre, no debería significar un gran problema adaptarlas al ritmo del otro.
  • La situación se hace compleja cuando la conducta expresa, como veíamos antes, un conflicto interno, que, a través de ella, se busca estabilizar. Con lo cual, cualquier pretensión del otro por modificarla va a ser muy mal recibida y rechazada.
  • Expresar las necesidades de cada uno es una excelente forma de empezar a negociar la convivencia desde un lugar más humano y no tan arbitrario como muchas veces parece la cuestión del orden.

 

Si me siento en “desorden” ¿qué hago?

El desorden es casi como una «trampita» que la persona se hace a sí misma. Ya que puede funcionar como una música que sirve para tapar un sonido que  molesta o inquieta. El orden, la tranquilidad, traen claridad que, en general, puede tomarse como beneficiosa, pero el orden no llega solo, porque este momento de ordenar llega cuando la persona está en condiciones de afrontar sus situaciones que antes lo mantuvieron desordenado. El orden le ayudará a ordenar sus pensamientos y sentimientos. No sólo la acción en sí ayuda a despejar la mente, sino que ver el resultado le proporcionará una satisfacción inmediata y una sensación de que” es posible”.

El desorden “ordenado” 

¿Conoce algún desordenado que encuentra todo perfectamente dentro del desorden? Son los desordenados ordenados un espécimen diferente en este mundo del orden.

Es una variante del desorden llamada “desorden ortodoxo” o “desorden ordenado”. En ella, aunque para el ojo común, todo se encuentra desordenado, el encargado de ese sistema puede encontrar todo sin esforzarse en absoluto o perder tiempo. Sin embargo, si un tercero intercede y decide “organizarlo todo”, serán incapaces de encontrar cualquier cosa porque verán su “orden alterado”.

Solo se trata de un orden distinto. De igual forma, el hecho de tener todo colocado en espacios determinados y organizado siguiendo cierto patrón o un sistema rígido no implica que exista un orden.

 

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