Más allá de lo estético y armonioso que puede resultar un mándala, su geometría guarda un profundo secreto; puede ser terapéutico y sanador para el alma.
Quisimos conocer en profundidad esta corriente que – aunque lleva años – cada vez son más los que se atreven a jugar, explorar y sanar a través de los mandalas, tomándolos como poderosas herramientas terapéuticas y de sanación.
De acuerdo al principio de la Geometría Sagrada cada persona tiene un patrón propio que forma parte del gran patrón universal. Por otra parte, los seres humanos no solo somos materia, también funcionamos como ondas, vibración, energía. Todo es vibración y energía. Este principio se puede entender desde la física cuántica. Entendiendo esto podemos ver que todas las figuras geométricas emiten vibración, igual que los colores. Y estos pueden afectar nuestra vibración personal”.
Esa vibración personal es la que se reflejaría en los mandalas, cuyo origen proviene de la India y donde su nombre en sánscrito significa “círculo o rueda”.
Las figuras geométricas que eliges para trabajar en tu mandala traen una vibración y hablan de ti. Un ejemplo concreto; Si tu mandala tiene muchos cuadrados, podrías estar buscando almacenar energía, es decir poner orden, buscar estabilidad. Todo esto depende de cómo lo apliques y como lo complementas con los colores. Es un hermoso trabajo descubrir el mensaje que te envías”.
TERAPIA CON MANDALAS
En la web o en libros para colorear, los mándalas se han popularizado a través del mundo. Pero más allá de ser una actividad relajante, su geometría y vibración ofrece la oportunidad de usarlos como herramientas terapéuticas.
Existen muchas maneras de usar los mándalas de forma terapéutica, principalmente Tejiendo mándalas, donde cada uno elige que figuras geométricas y colores usar y en conjunto analizamos la información del tejido y agregamos colores o formas que puedan apoyar tu proceso emocional. A través del tejido, confección manual o pintura de mándalas, las emociones son las que se ponen en contacto con este medio terapéutico. Los mándalas “permiten que te relajes y te centres, ya que la espontaneidad y repetición de pintar o tejer un mándala, hace que entres en un estado de meditación activa que te lleva a poder mirar tus emociones desde otro lugar. Por otra parte, cada emoción emite una vibración, al igual que los colores y figuras geométricas, entonces de forma natural vamos a elegir el color o la figura que armonice o de flujo a alguna emoción que busca liberarse. Por eso es tan maravilloso profundizar en nuestros mándalas, porque están repletos de información sobre nosotros mismos, vibrando”.
Y es el sentir de las emociones que confluyen en ese momento lo que hace del proceso una experiencia rica y única para la persona.
Es importante entender que el mándala no solo trabaja nuestra personalidad, o los conflictos de nuestro ego, sino que trabaja desde el espíritu, abarcando todo nuestro ser, es decir de manera holística. Todas nuestras partes se integran y logramos centrarnos, sentirnos mejor, en más armonía.
LOS COLORES HABLAN
Los mándalas están llenos de información y energía. Un aspecto importante que puede ser usado por nuestras emociones como canal para comunicar con los colores. Los colores también hablan de tus emociones. Numerosas investigaciones han demostrado la correlación que existe entre el color y el estado anímico de las personas. Por lo tanto el color que elijas habla de lo que está pasando contigo en este momento, o el color que tanto te atrae es porque esa energía es la que necesitas para resolver algo en tu vida. Y no solo están las relaciones que existen de forma colectiva, cada uno tiene una historia personal con cada color. ¿Qué te pasa a ti cuando ves el color rojo? ¿Qué te hace sentir? ¿Te gusta o no te gusta? O prefieres otro color… Todo habla de ti”.