Muchos de los que se casan están tan ilusionados que desconocen que temen que el vínculo amoroso no funcione. Si confirman que acertaron, algunos reformulan los votos de amor casándose nuevamente.
Con ceremonia religiosa o no, después de un tiempo todos evalúan acerca de si hicieron bien en estar con esta pareja, si la vida en común es como la habían soñado y si quieren seguir adelante con ese amor. Si uno u ambos atraviesan una crisis personal o de pareja; o si la rutina les mordisquea los talones, suelen explicitar sus deseos de cambio. Entonces, tal vez piensen en recontratar el vínculo de pareja.
¿Qué quiere decir recontratar el vínculo de pareja?
No siempre es escrito este contrato. Aunque algunas parejas lo formulan por escrito.
Recontratar es revisar si el proyecto de pareja, después de convivir un tiempo, aún está vigente en todas sus partes o si hay que modificar alguna de ellas.
¿Para qué quieren recontratar el vínculo de pareja?
Para acomodarlo a los cambios individuales o de pareja que experimentaron mientras vivían juntos. Por ejemplo, cuando formalizaron la relación soñaban con tener dos hijos. Pero ahora se dan cuenta que si con un solo hijo y tantas ocupaciones no tienen tiempo para la pareja, es sensato no tener más que uno solo, hasta que la situación cambie.
¿Cómo suelen reaccionar quienes recontratan?
El recontrato debería ser un acto voluntario consensuado por ambos. Si no acuerdan, deberían llegar a una revisación de los términos donde cada uno ceda un poco hasta que queden satisfechos con la modificación. Ej: “Ahora querés mudarte. Accedo a que vayamos a vivir a otro lado; pero no quiero estar demasiado lejos de la casa de mis padres.”
¿Por qué alguno no quiere recontratar cuando se produjeron cambios importantes?
Porque mucha gente rechaza las situaciones nuevas, sea por apego, sea por luchas de poder. Ej: Ellos ya no se aman. Pelean delante de los hijos. Él quiere divorciarse. Como ella no quiere, lo denuncia por maltrato. Hay cambio de conductas en una escalada agresiva pero no hay recontrato.
¿Cuál sería un recontrato civilizado en este caso?
Un divorcio legal prescindiendo de usar a los niños como rehenes del odio de los padres, con tenencia compartida, régimen de visita, cuota alimentaria, compromiso de priorizar la salud de los chicos, su educación y su vivienda por encima del resentimiento por no poder entenderse entre ellos.
¿Qué elementos mantienen unida a la pareja después de frustrarse con una traición sexual?
Perdonan a esa persona:
- Porque esa persona es buen padre o buena madre.
- Porque ha sido emprendedora y exitosa en un comienzo.
- Porque no es violenta.
- Porque es sexualmente agradable y seductora.
- Porque apoya a su pareja infundiéndoles confianza en su trabajo y en lo económico.
- Porque no quieren causar tristeza a sus relaciones sociales y a sus familiares que los han idealizado como pareja.
¿Cómo se recontrata después de la infidelidad?
- Quien traicionó se compromete a no reincidir.
- Ambos deben comprometerse a dialogar con mayor frecuencia y a ser más íntimos.
- Deben ser conscientes que si dejan un espacio vacío uno de los dos que necesite más cercanía puede llenarlo con otra compañía.
¿Quiénes recontratan más las situaciones de infidelidad?
Generalmente hay mujeres que aceptan que el hombre que quieren puede amarlas y serles infiel porque justifican su mayor deseo sexual masculino y el afán de conquista para engrosar su autoestima.
¿Hay varones que recontraten después de una situación de infidelidad de su mujer?
La inversa no es frecuente: aunque las mujeres podemos (y el hecho es cada vez más frecuente) ser infieles, si la pareja la descubre, es improbable que su machismo transija con esa conducta tradicionalmente condenable.
Hay que ser “todo un hombre”, para comprender el núcleo y el sentido de la infidelidad. Y la responsabilidad de cada cual en ese acto privado.
O tener la grandeza, (a veces la cobardía o la comodidad) de algunas mujeres para privilegiar una trayectoria de amor por sobre un episodio.
¿Es posible que las causas del recontrato no impliquen enojo, pelea ni trauma?
A veces las parejas se aburren de la falta de novedad que implica la vida en común.
¿Cuál sería el recontrato de los “aburridos”?
- Comparar el plan inicial de la pareja: qué querían hacer juntos y si lo hicieron o no.
- Preguntarse para qué se unieron y si lo están cumpliendo.
- Evaluar cuán satisfactorias son las diferencias entre ese plan y lo que han conseguido hasta el momento.
- Modificar los hábitos que no les gusta. Por ejemplo: están mucho tiempo acompañados por la familia, por amigos, o en el trabajo. Pues véanlos una vez cada quince días o una vez al mes. Trabajen de otra forma para tener más tiempo libre.
- Proponer nuevas alternativas realistas: compartir las obligaciones hogareñas.
- Llevar a cabo los buenos propósitos.
- Inventar siempre otros.
- Evaluar los resultados.
- Si son indisciplinados o están muy deprimidos como para cambiar por sí solos, consulten a una profesional que los ayude a hacerlo.
La importancia de cambiar
- Recontratar un vínculo de pareja para mejorar al anterior requiere ser honestos consigo mismos y con la pareja, para no echarle la culpa a la otra de lo que no pudimos hacer.
- El juego limpio en la pareja exige fidelidad al deseo compartido.
- Cuando el individuo privilegia su deseo por sobre el deseo compartido, el recontrato de convivencia se hace difícil. En ese caso una buena separación, sin agresiones, presupone prepararse para el futuro feliz, aunque sea por separado.
- Tampoco se salvan de los cambios quienes no tienen pareja estable. No se casan pero suelen vivir en una permanente “caza”. Y cuando obtienen su “presa”, conservarla presupone muchas veces breves recontratos donde también varían las reglas del juego pero de forma más vertiginosa.
- Nada nos exime de pensar en una pareja, real o imaginaria, estable o efímera, que nos hace revisar nuestros afectos permanentemente.