En las últimas décadas se ha impuesto cada vez con más fuerza la famosa la “cultura de la dieta”: creencias, tips y recetas fijadas en un objetivo meramente estético de “bajar de peso y estar sanos, y por, sobre todo, mientras más delgados mejor”. Lamentablemente esta corriente de moda ha hecho que las personas crean que tengan que vivir a dieta, vivir con restricciones alimenticias y que la delgadez es sinónimo de salud y belleza, que claramente está demasiado lejos de la realidad.
Esta obsesión con la delgadez inmediata y el aspecto físico ha hecho que “bajar de peso” sea el primer motivo de consulta de muchos profesionales nutricionistas, lo que ha hecho que existan varios mitos alrededor de este profesional de salud y lo que derribaremos algunos:
- “Nutricionista sólo sirve para bajar de peso”
- “Me va a retar si le digo todo lo que como en realidad”
- “Me va a quitar todo, va a querer que coma pura lechuga con pollo”
- “No voy a nutricionista porque me va a dejar una dieta muy cara y difícil de llevar”
Lo más importante a recalcar es que el profesional Nutricionista estudió 5 años en la Universidad, donde no le enseñaron ni capacitaron solo para prescribir dietas para bajar de peso, sino muchas más labores como en el área deportiva para mejorar el rendimiento de los deportistas y suplementación, en el área de alimentación colectiva (casinos) para mejorar la inocuidad de los alimentos, en el área clínica apoyando en hospitales y clínicas la nutrición por fórmulas o vía oral en todo el ciclo de vida, en la docencia e investigación, en el área de emprendimiento, técnicas del etiquetado nutricional, y por último, tenemos la consulta nutricional. Por otro lado, el profesional nutricionista no debería “retar” a los pacientes, su función es ayudar, guiarte y facilitar las herramientas necesarias para mejorar tus hábitos alimenticios para lo cual es necesario que conversen con total sinceridad frente a ello.
Con respecto al consumo de solo lechuga y pollo, está ya obsoleto a mi parecer esta “dieta” que le temen muchos pacientes antes de acudir al Nutricionista, además, no es viable para la salud por ser muy restrictivo. Por otro lado, quiero aclarar que NO damos “dietas”, son planes de alimentación personalizadas e individualizadas para cada paciente según su condición y patología, si piensas que te darán “dieta muy cara” es simplemente porque estás desinformado respecto a ello y temes hacer este hermoso cambio, yo le llamo un inversión a largo plazo, o prefieres comer barato con papas fritas y pan y enfermarte en 3-5 años teniéndote que medicar todos los días, o comer mejor ahora y no tener enfermedades y vivir bien a largo plazo, en lo que no inviertas en alimentos sanos, invertirás en medicamentos para tratar tu enfermedad, tu eres el que elije.
Entonces, ¿QUÉ HACE EL NUTRICIONISTA?
Si bien, en nuestra profesión tenemos hartos desafíos por delante, tenemos uno principal que es educar a la población sobre la importancia de una adecuada alimentación, cambiando y empujando a mejores hábitos alimentarios, la actividad física y mejorar la calidad de vida de la población, y yo les puedo decir, que es un gran desafío, pero no imposible y es una responsabilidad hermosa, ya que somos los motivadores al cambio para una vida mejor y con más salud y bienestar, ¿genial no?.
¿Cuándo acudir al nutricionista?
Siempre pensamos que solo podemos ir al nutricionista para bajar de peso, pero esto no es así. Aprender a comer es algo que las personas necesitamos en cada etapa de la vida, y esto va acompañado con aprender a relacionarse con la comida y sus emociones también, tiene un componente psicológico que hay que abordar y no solo dando un plan de alimentación.
Les dejaré algunos de motivos por los cuales se debe acudir:
- Sobrepeso o desnutrición
- Enfermedades cardiovasculares, dislipidemias, diabetes, hipertensión arterial
- Malos hábitos alimentarios, cansancio, ansiedad durante el día
- Intolerancias o alergias alimentarias
- Nutrición deportiva y suplementación
- Educación nutricional
- Dieta Vegetariana, vegana o crudivegana
- Embarazo y lactancia
- Nutrición infantil y adolescente
- Nutrición en adultos mayores y algunas enfermedades neurológicas
- Enfermedades digestivas (como enfermedad de Crohn, sobrecrecimiento bacteriano, histaminosis alimentaria o colon irritable)
LA ALIMENTACIÓN Y LA RELACIÓN CON LAS EMOCIONES
En los últimos años se ha podido estudiar también que el Nutricionista no se basa sólo en un plan de alimentación, sino que la nutrición debería ir más allá, va de la mano con la motivación del cambio, el autoestima y gestión de las emociones, donde se está tomando protagonismo también sobre el hambre emocional, los comedores nocturnos, los trastornos alimentarios y círculos viciosos, e incluso, la adicción por la comida como recurso de los problemas emocionales. La asociación de el placer de comer asociado a sentirnos CULPABLES, donde las mentalidades de la dieta es restringirnos para no comer tal alimento porque “es malo” (que no es verdad) se ha vuelto muy de moda y se termina detonando más ansiedad, depresión y por, sobre todo, trastornos alimenticios que detonan más aumento de peso, en muchos casos. Este es un tema que también va de la mano con ello y es importante recalcar que la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, nuestra autoestima, querer nuestro cuerpo como es y la relación con la comida es también importante para hacer el cambio de forma saludable y por, sobre todo, feliz. Por supuesto que este tema aborda para mucho más, pero les quería dejar una pincelada sobre ello para que se lo planteen también.
Valentina Cataldo Luksic. Nutricionista Universidad Mayor
